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PODRÍAS SER MUCHO MÁS FELIZ GANANDO MENOS DINERO

  • Foto del escritor: MS
    MS
  • 27 may 2020
  • 3 Min. de lectura

Tranquilo, no voy a venderte nada, ni a invitarte a montar tu propio negocio desde casa por internet, o a convertirte en bróker desde una aplicación móvil. Lo que voy a hacer es contaros una teoría, que todos podemos aplicar a nuestra vida.


Hoy os voy a contar la paradoja de Easterlin, que supone un concepto clave de la economía de la felicidad. (*Richard Easterlin - 1974)


Easterlin, nos dice que la felicidad no es proporcional a los ingresos de una persona una vez se cubren sus necesidades básicas. Por mucho que cobres, hay un factor absolutamente personal, interno y arbitrario que influirá en tu percepción de satisfacción: La comparación con nuestro entorno.


Pongamos algunos ejemplos:

Yo gano 100, y mi compañero gana 100: estoy contento

Yo gano 150, y mi compañero gana 150: estoy más contento

Yo gano 100, y mi compañero gana 150: estoy frustrado

Yo gano 50, y mi compañero no gana nada: estoy super contento

Esto, nos lleva a una reflexión: Si dejamos de compararnos con nuestro entorno, siempre que tengamos nuestras necesidades cubiertas, mejoraremos la percepción que tenemos de nuestras condiciones.




La comparación, es extrapolable a cualquier otro ámbito: Nuestra casa, el coche, incluso a nuestro entorno social y familiar, etc.


Imagínate en una isla desierta, tú solo. Puedes elegir disponer para toda tu estancia en ese lugar remoto de un reloj de la marca Rolex, o de una gorra de propaganda de cualquier cadena de supermercados. A menos que sea de color marrón, que con el moreno del sol del pacifico me quedaría muy mal, yo me llevo puesta la gorra…


Podemos aplicar este mismo razonamiento a nuestra sociedad, cómo hacen los seguidores de las tendencias “#minimalistas”, cada vez más de moda.


En resumen: La felicidad que nos aporta nuestro entorno, solo debemos medirla en base a la cobertura de nuestras necesidades reales, y aspirar a atender las que tengamos descubiertas.

Es vital definir qué es lo que queremos, porque de no ser así, cuando lo tengamos, no lo sabremos, y en este punto, nuestra única referencia seguirá siendo nuestro entorno, ¡ERROR!


Siempre invito a definir claramente nuestros objetivos, porque una vez los logremos, los disfrutemos como se merecen, y valoremos el esfuerzo del camino realizado hasta conseguirlo. ¡ACIERTO!


Imagínate correr un maratón, sin que nadie haya instalado la meta en la llegada…Superados los 42km, seguirás corriendo… cada vez más cansado, hasta quedar exhausto y frustrado, aun habiendo cumplido con creces el objetivo que te habías propuesto.


En este mismo sentido, delimitar nuestras necesidades y metas, nos ayudará a disfrutar del placer que supone conseguirlas, y nunca reflejarnos en nuestro entorno para medir nuestra felicidad.

Ahora, más que nunca, es momento de valorar lo que tenemos, cambiar lo que no queremos, y emplear nuestro tiempo en lo que realmente nos haga sentir satisfechos.

Mi opinión: Creo que la educación de cada uno de nosotros influye en gran medida en el efecto de la paradoja en nosotros. Habrá personas con una afectación notable de la necesidad comparativa y competitiva con su entorno, y otras, que no. Eso, se basará en su herencia genética, su educación, el entorno en que han crecido, incluso en las dificultades que se tienen a temprana edad para conseguir los objetivos de cada etapa.


Aún así, tomando consciencia y aprender a relativizar la importancia de nuestros logros, es una tarea que se puede conseguir a cualquier edad. A la práctica, cuanto más, mejor, pero sin comparaciones. De no ser así, a menos que nos llamemos Jeffrey Bezos, siempre viviremos acomplejados, aunque te llames Amancio y vivas en Arteixo.

¿y tú? ¿Coincides con Easterlin o eres de los que crees que cuanto más, mejor?



MS

 
 
 

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@AMALGAMA | Marc Soler

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